jueves, 10 de marzo de 2011

La conjura de los bajitos


El encuentro sexual entre Leonard Cohen y Janis Joplin, que el canadiense cantó y contó en la letra de Chelsea Hotel, es lo que voy a utilizar hoy para la motivación de cara al partido de hoy, clave para la disputa del campeonato de los modestos.
Dicen que el bueno de Cohen andaba ascensor arriba, ascensor abajo intentando tropezarse de manera casual con Brigitte Bardot, que también estaba alojada en el hotel de marras.
No tuvo suerte con la francesa pero, en cambio, se topó con Janis Joplin quien andaba también metida en el juego de los ascensores y aventuremos, porque este blog es así de sensacionalista, que también iba a la caza y captura de la Bardot que, recordémoslo, era mucha tía en esa época.
El caso es que Cohen y Joplin se encontraron e imagino que se repetirían mentalmente ese mantra quinceañero que dice que más vale polvo con fea que paja sin guapa, por lo que hicieron un gran negocio y pasaron la noche juntos.
En un momento del retozamiento, cuando la Joplin tenía la boca ocupada con el instrumento de Cohen (no sé si me explico; si no queda claro, me lo decís y probamos con marionetas), se detuvo en plena maniobra, algo que debió maravillar a Cohen, porque una pausa en esos momentos es algo que nos hace mucha gracia (chicas, es ironía).
Mirándole a los ojos, Janis habló.
"Sí, somos feos, pero nos queda la música".
Eso es lo que nos pasa a nosotros, aunque con matices.
Evidentemente, feos no somos (a la vista está), pero coincidimos con ellos en que sólo tenemos una cosa a la que aferrarnos.
El tiki taka.
Ésa es la conjura de los bajitos, o sea, nosotros.

No hay comentarios: