Uno de los miembros que acudieron afirmó, con ojos semi-llorosos que "nosotros no somos conscientes de lo afortunados que somos, pero en otros países tienen que recurrir a los tintes para poder tener el pelo oscuro".
Nos hubiera gustado que el evento se desarrollara en la Biblioteca Nacional, las salas nuevas del Thyssen o el reservado azul del Flowers, lugares todos ellos de marcado carácter cultural y solidario, igual que el espíritu de La Mirinda pero, finalmente, nos desplazamos a Benidorm, al salón de convenciones de Talleres Manolo, que nos ofreció un 30% de descuento en el cambio de neumáticos y un surtido de canapés revenidos y bocatas prehistóricos que, oye, en comparación, los de El Bulli, cacafú.
Acompaña a estas líneas una imagen del evento.
Llevamos casco y mono porque no tenéis ni idea de las hostias que os pueden caer al meter la mano para alcanzar un canapé.
Cosa mala, oye.
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