Hace unas semanas destapamos el Caso Chololo, que salpicaba a varios integrantes de la primera plantilla de La Mirinda Mecánica, implicados en una trama siniestra de tráfico de balones y flyers de discotecas.
Los flyers ya están todos localizados y el 2x1 en minis de leche de pantera en el Chapandaz para los chavales del equipo quedan garantizados.Lo del balón es otra historia y cada vez más oscura.
El asunto es sencillo.
Se propone la adquisición de un balón de marca.Se procede a la recaudación de fondos.
Se adquieren dos balones, el prometido y uno gualtrapero.
Con el balón de marca bajo el brazo, nos dirijimos al Aeropuerto de Barajas, en concreto a la zona donde llegan los vuelos de Colombia.
Utilizando el mismo sistema que con los plátanos del Lidl, se hacen varios viajes a Barajas y voilà, adiós al mileurismo, hola a los huevos fritos de tortuga.
Al resto de compañeros se les entrega el balón gualtrapero tuneado con un Edding indeleble para aparentar que es de marca y todos felices.
La historia hubiera seguido en el más oscuro secreto si uno de los compinches de los implicados no hubiera cantado como un canario.
Os dejamos con las imágenes que han permitido dar un tironcito más de la manta chololera.
Seguiremos informando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario